Cómo la crianza mejora tus habilidades personales y te ayudan como profesional - Parte II
En el artículo anterior, comenzamos a hablarte de las habilidades personales que se desarrollan y mejoran durante la maternidad y la crianza. Hoy vamos a hablarte de otras cinco que consideramos igualmente fundamentales.
Tal y como hicimos en el primer artículo, exploraremos en detalle estas habilidades, examinando cómo se desarrollan en el contexto familiar y cómo pueden ser aplicadas con éxito en el entorno laboral para potenciar el crecimiento personal y profesional de las mujeres que han sido madres.
¡Sigamos!
Optimismo:
Es la actitud positiva y esperanzadora que permite ver el lado bueno de las situaciones y mantener la confianza en el futuro. Durante la crianza, el optimismo ayuda a las madres a mantener una perspectiva positiva incluso en momentos difíciles. En el ámbito laboral, esta actitud optimista es fundamental para mantener la motivación, inspirar a otros y superar obstáculos con resiliencia.
Paciencia:
Es la capacidad de mantener la calma y la compostura en situaciones difíciles o frustrantes. La crianza requiere una gran dosis de paciencia al lidiar con las demandas y necesidades constantes de las hijas y los hijos. En el mundo laboral, la paciencia es clave para resolver conflictos, trabajar en equipo y mantener la productividad en situaciones estresantes.
Pensamiento creativo:
Es la capacidad de generar ideas originales y soluciones innovadoras para resolver problemas. La crianza también requiere de creatividad para abordar las necesidades y desafíos únicos de cada peque. En el ámbito laboral, el pensamiento creativo es valioso para impulsar la innovación, encontrar nuevas oportunidades y mejorar los procesos existentes.
Pensamiento crítico:
Es la capacidad de analizar de manera objetiva y reflexiva la información para tomar decisiones fundamentadas. Durante la crianza, las madres deben evaluar constantemente las diferentes opciones y consecuencias de sus acciones para tomar decisiones que beneficien a sus hijas e hijos y a ellas mismas. En el entorno laboral, el pensamiento crítico es crucial para resolver problemas complejos, evaluar riesgos y tomar decisiones estratégicas con confianza.
Resiliencia:
Es la capacidad de adaptarse y recuperarse de las dificultades, aprendiendo y creciendo a partir de las experiencias adversas. La crianza presenta numerosos momentos de estrés y cambio, lo que fomenta la resiliencia en las madres al enfrentarse a situaciones imprevistas y salir fortalecidas de ellas. En el entorno laboral, esta habilidad es esencial para afrontar cambios, gestionar la incertidumbre y mantener un rendimiento óptimo en situaciones de presión.
La maternidad y la crianza no son solo una experiencia transformadora a nivel personal y emocional, sino que también son una oportunidad para el desarrollo de habilidades que son altamente demandadas en el mundo laboral de hoy en día.
Al reconocer y valorar estas habilidades, no solo estamos valorando y reconociendo el papel fundamental de la crianza en la sociedad, sino también abriendo las puertas a un futuro laboral más inclusivo y enriquecedor para todas las mujeres.
👉 ¿Con cuáles de todas las habilidades que te hemos contado te sientes más identificada?
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